domingo, 6 de agosto de 2023

Ayer

 

—Ayer me follé a Lucía.
—¿Qué dices, tío?
—¡Sí! Jajajaja. Estaba con un ciego que flipas, tío, pero que flipas. Se caía pa tos laos y decía tol rato que quería ir pa casa, así que me dije, esta es la mía, y la llevé pa la mía.
—Joer, qué crack, ¡qué puta suerte! Folla bien o ¿qué?
—Bueno, estaba muy ciega. Hoy por la mañana no se acordaba de nada, pero me la follé tres veces, y me corrí dentro y todo.. Podía hacer con ella lo que quería, jajajaja.
—Y, ¿no follásteis hoy?
—¡Qué va tío! Lucía no folla conmigo serena ni de coña, ¡con lo buena que está! Esta mañana se piró corriendo en cuanto se despertó y vio dónde estaba, se moría de vergüenza.
—Y, ¿cómo tiene las tetas? Cuenta.
—Calla, que le hice fotos porque tenía tal ciego que no se enteraba de nada, jajajaja, ahora te las mando.
—¡¡¡No jodas tío!!!! Manda, manda! Jajajaja, ¡qué bueno!
La mayoría de las violaciones no son cometidas por un tío con pasamontañas esperándote detrás de un seto. La mayoría de las violaciones son cometidas por alguien conocido.
Y, en el diálogo que acabo de escribir, nos encontramos con tres protagonistas. Un violador, una mujer violada, y un cómplice.
Y lo más heavy de todo, es que, seguramente, ninguno de los tres piense que lo que ha pasado se llama VIOLACIÓN, sino que ha sido algo dentro de la fiesta. Cosas del colocón. La noche, que confunde.
Y aún más heavy es que muchas de las personas que lean esto pensarán lo mismo, o que la culpa es de Lucía por no "saber cuidarse" o haber bebido tanto.
Hace unos días publiqué este texto de una violación, en la cual la chica, Lucía, estaba muy ciega. Bien, no se hicieron esperar los comentarios en los que se decía que una chica no se puede emborrachar, porque luego pasa lo que pasa. Imaginaos que Lucía no bebe esa noche. Se cansa antes y pilla un taxi para ir a casa. El taxi la deja en la puerta, y cuando va a abrir el portal, llega un tipo y la viola.
El problema no es que Lucía beba o no beba. El problema es el patriarcado.
Quizás, si no bebe, y coge el taxi, alguien diría que Lucía no debería andar a esas horas sola por la noche.
Imaginaos que tampoco lo hace. Pero un día, sale a correr, y un tipo la viola.
Ahora, habría gente diciendo que no puede ir a correr sola, porque tiene que tener cuidado.
Imaginaos que ni va a correr, ni sale de noche, ni bebe. Pero, tiene un novio que un día quiere follar y ella no. Así que la viola.
Ahora, habría gente diciendo que Lucía tiene que elegir mejor a sus parejas.
El problema no es Lucía, lo que haga o lo que deje de hacer. El problema es el machismo.
Y hasta que no lo tengamos todos y todas claro, no vamos a poder acabar con él.
Lucía lleva consigo una mochila llena de culpa y vergüenza. "No debí beber tanto... Confiaba en él... La culpa ha sido mía por no irme a casa antes... etc."
Lucía necesita que le digan que la culpa de una violación no la tiene el alcohol, ni ir sola, ni vestir de una manera o de otra, ni salir de noche.
Lucía necesita saber y tener claro, que la culpa de una violación la tiene quien viola.
Y que ella es una mujer LIBRE.
Y nosotros, como sociedad, tenemos que quitarle esa mochila y ponérsela a quien tiene que llevarla.
No cargársela más de mierda, que bastante tiene ya encima.
 
(este texto no es mío, es de PAULA MARIN, pero también es evidente que todo el mundo debería hacer esta reflexión. )
 
 

domingo, 17 de mayo de 2020

Desadvertida

Desadvertida
advertida desanimas a advertir
después de animar
desanimar
animar
animas a ni más
a no más
¿para qué?


Divertida

di vertida 
en mi vertiente
ya advertida
invertida intentiva
a veces tentativa
catatónica
sin la tónica amarga.


jueves, 23 de agosto de 2018

un nadie necesita mujeres

NOSOTRAS, LAS MADRES

He aquí un paleto. Un nadie. Un individuo que, como no confía en su arte, tiene que llenarse la cama de mujeres para crear la portada de un disco. Y no de cualquier tipo de mujeres, no. Mujeres de gimnasio, mujeres piel de terciopelo, mujeres caderas "perfectas", mujeres doblegadas a sus pies, mujeres que lamerían sus tatuajes a cambio de una caricia.
Por imágenes como estas algunas niñas de antaño crecimos con complejos, con una autoestima de mierda y con unas ganas terribles de ser cualquier cosa menos nosotras mismas. Esta es una foto vergüenza, una foto agresiva, una foto anorexia, bulimia, víctima del narcisismo y la escasez de inteligencia.
Pobre humano. Pobre representante. Pobre marketing. Lo que ellos no saben es que de este lado, el de la coherencia y el fin del sufrimiento, estamos nosotras, las Madres. Todo un ejército de madres que les van a contar a sus hijas justo lo otro, lo bonito, lo real. Vamos a hablarles a nuestras niñas de compañeros horizontales que arriman el hombro, les vamos a contar sobre arrugas y pliegues en la piel que son bellos, vamos a poner en sus manos las armas de la autoestima y de la confianza, vamos a narrarles historias de brujas poderosas y mujeres indomables que no se sometieron a nadie. Vamos a enseñarles a amar y a amarse como las diosas que son, para que ningún lisiado emocional ni un guaperas musculado las meta en su cama de esta guisa.
Prepárense. Estamos en las trincheras mostrándole a nuestras hijas cómo se ama y cómo se deben amar.
Somos las otras, las que quisieron doblegar en el pasado y resistieron atravesando el frío y el dolor, la incoherencia y el desamparo.
Nosotras sobrevivimos a portadas como estas. 
Somos nosotras, las Madres. Y hemos venido a luchar
Por imágenes como estas algunas niñas de antaño crecimos con complejos, con una autoestima de mierda y con unas ganas terribles de ser cualquier cosa menos nosotras mismas. Esta es una foto vergüenza, una foto agresiva, una foto anorexia, bulimia, víctima del narcisismo y la escasez de inteligencia.
Pobre humano. Pobre representante. Pobre marketing. Lo que ellos no saben es que de este lado, el de la coherencia y el fin del sufrimiento, estamos nosotras, las Madres. Todo un ejército de madres que les van a contar a sus hijas justo lo otro, lo bonito, lo real. Vamos a hablarles a nuestras niñas de compañeros horizontales que arriman el hombro, les vamos a contar sobre arrugas y pliegues en la piel que son bellos, vamos a poner en sus manos las armas de la autoestima y de la confianza, vamos a narrarles historias de brujas poderosas y mujeres indomables que no se sometieron a nadie. Vamos a enseñarles a amar y a amarse como las diosas que son, para que ningún lisiado emocional ni un guaperas musculado las meta en su cama de esta guisa.
Prepárense. Estamos en las trincheras mostrándole a nuestras hijas cómo se ama y cómo se deben amar.
Somos las otras, las que quisieron doblegar en el pasado y resistieron atravesando el frío y el dolor, la incoherencia y el desamparo.
Nosotras sobrevivimos a portadas como estas. 
Somos nosotras, las Madres. Y hemos venido a luchar




sábado, 23 de junio de 2018

Vivido es algo más

Estoy repasando archivos y elementos que tengo en un ordenador "maduro", y he encontrado algunos escritos que llevan tiempo allí guardados. Reproduzco uno de ellos, del 2011. Desconozco si es el ecuador, aunque puede que más bien se trate ya de 60% de vida en la que, como leí hace unos días de alguien que lo mencionaba así, la cantidad de tiempo a las espaldas y de experiencias vividas en la mente matemáticamente se antoja mayor que las futuras, por una cuestión de cómputo temporal y aritmética vital.

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No ver las imágenes de otros casos similares (mismo diagnóstico)
No escuchar las recomendaciones de médicas y médicos
Intentar entender el funcionamiento del cuerpo (músculos, energía, oxígeno)
No sucumbir al pensamiento triste y desesperado de la impotencia
Pensar que podría haber sido peor
Disfrutar de cada instante
Celebrar cada hito logrado
Normalizar lo extraordinario para motivar en lo cotidiano
Confiar en la voluntad sin bastones
Atenuar las sombras de fragilidad
Trabajar la fuerza de la constancia
Encontrar siempre razones para equilibrar las balanzas del destino
Luchar por la vida

Entrar por la puerta y contemplar las miradas ausentes de otras familias, de otras personas. Asomarte en tu propio balcón, reconocer que podría ser diferente, peor, y llevarlo muy mal. Es egoísta, es incluso ruin, malvado, cínico pero sentir que si fuese de otra manera la lucha sería muchísimo más dura, más ilusa, más inútil quizá, se viene a mi cabeza sin poder evitarlo. Puede que sea verdad, que no sea una mera sensación, pero estar en esta situación también es nueva y nunca habría dicho que conseguiría amueblar mis esquemas a semejante hecho.

martes, 22 de mayo de 2018

Gata Cattana - Lisístrata

lunes, 23 de abril de 2018

Caminares

Desde la acera del mundo
vemos pasar el largo desfile del absurdo.
No logra intimidarnos
su máscara de poder.
Ni los zarpazos feroces
con que guarda su égida absoluta.
Tampoco nos seducen
sus oropeles y comparsas
de dragón bicéfalo.
Con el atardecer
soltamos a volar un barrilete,
su arco iris va pintando las calles.
Caminamos,
hasta que la luna
se ofrece a reemplazarlo,
desmadejando su trenza de colores.
Creemos que otro mundo es posible
un mundo con miradores de sol
en el que las mujeres
podamos vestirnos de sonrisas.
En el que niñas y niños
puedan jugar la misma ronda,
recorrer los prados cantando mil canciones
y bebiendo agua clara de los manantiales.

La escritora guatemalteca Guisela López nació el 30 de agosto de 1960. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en Estudios de Género por la UNAM y la Fundación Guatemala. Se desempeña como investigadora y docente del Instituto de Estudios de la Literatura Nacional y del Instituto Universitario de la Mujer IUMUSAC de la Universidad de San Carlos